martes, 24 de mayo de 2016
viernes, 20 de mayo de 2016
GESTIÓN DE PROYECTO "La Publicidad"
Apuntes 5to Año
LA
PUBLICIDAD
Para el estudio de este tema
destacaremos primeramente que la
publicidad podrá referirse a “avisos de bien público o avisos comerciales”.
La publicidad de bienes públicos,
a diferencia de los avisos comerciales, no pretende vender un producto, sino
transmitir una idea, cambiar una conducta, despertar una inquietud,
concientizar o movilizar a la comunidad. Su finalidad es el bien común. Sin
embargo los recursos que utiliza para lograrlos son, muchas veces los mismos.
Los recursos técnicos, el tipo de argumentación, el tipo de apelación al
destinatario, suelen ser comunes en ambos tipos de avisos aunque, como se verá
luego, los avisos de bien público pueden tener libertades que los avisos
comerciales no pueden permitirse.
El aviso comercial hará
referencia a un producto comercial o servicio que el emprendedor desea colocar
en el mercado o posicionarse en un mejor lugar. Para esto el creativo debe
estar convencido de las virtudes de su producto ya que es muy difícil convencer
a otros de una idea en la que uno mismo no cree.
FORMAR UN EQUIPO
La creación de un aviso
publicitario es mucho más que encontrar una idea. También hay que volcarla
sobre un papel de un modo efectivo, saber redactar títulos y frases
contundentes, armar slogan, pensar en imágenes, sonidos o textos, de acuerdo a
lo que se necesite. Y todo ello sólo para apenas bocetar cómo debería ser el
aviso.
Por eso es importante formar un
grupo de trabajo heterogéneo en el que cada parte tenga una capacidad
particular para cada una de estas tareas: hará falta quien tenga las ideas más
creativas, quien escriba con habilidad, quien piense en imágenes, etc. puede
ser que varias de estas habilidades se combinen en una persona o que entre varias
puedan cumplir eficazmente una de estas funciones. Pero siempre el trabajo
organizado y en equipo permitirá encontrar mejores soluciones que el trabajo
individual.
CONOCER AL PRODUCTO
El equipo creativo debe analizar
el producto (así sea un producto tangible, un servicio o un concepto, lo
llamaremos “producto” para simplificar) y llegar a conocerlo bien. Es
importante reunir información, identificar qué lo caracteriza y qué lo
diferencia de otros. El equipo debe familiarizarse con él, conocerlo, debatirlo,
investigar sus fortalezas y debilidades.
En general la estrategia más
habitual para comunicar un producto es apoyarse en aquello que lo hace único,
especial, distinto. ¿Cuál es la diferencia de este producto frente a otros
parecidos?, ¿Qué tiene que otros no?. Por ejemplo, si una marca de pastas saca
a la venta una idéntica en todo a la de su competencia, pero un 25 por ciento
más barata, lo más probable es que la campaña resalte esta ventaja.
Sin embargo, dado que la mayor
parte de los productos de consumo masivo se producen de acuerdo a normas
estandarizadas y que, cada vez que aparece un nuevo producto o una nueva
estrategia de marketing, es rápidamente imitado por sus competidores para no
perder esa posición en el mercado, la mayor parte de las veces, un producto no
tiene un aspecto diferencial evidente. En este caso, la primera tarea del
equipo creativo será o bien tratar de apropiarse de los atributos generales del
producto como si fueran privativos de esa marca, “la sopa X es: La sopa”, o
bien imaginar uno: ¿Por qué hay que elegir el producto A antes que el B?. Imaginemos
que A y B son dos marcas de sopas idénticas, con los mismos ingredientes, misma
cantidad, mismo precio, mismo sabor, etc. Las razones que se pueden imaginar
para diferenciarla de sus competencias son múltiples y tiene que ver con los
atributos que se quieren comunicar de ese producto: Que es noble porque es como
lo hacia mamá, que es sana, porque es la que toman los deportistas, etc. El
atributo elegido emana de la publicidad al producto y no al revés. No es un
atributo del producto que la publicidad resalta, sino que la publicidad imbuye
al producto de un atributo con el que se desea identificarlo. Algo similar
sucede cuando se elige una cara conocida para que represente un producto. Las
características de ese personaje serán trasladadas a la marca.
En el caso de querer comunicar un
concepto ligado al bien público, donde ya no entran en juego los factores de la
competencia con otros productos similares, el rasgo a buscar será la “utilidad”.
¿Por qué sirve este concepto?, ¿De qué modo mejora nuestra vida?, ¿Qué pasaría
si no existiera?, ¿Qué pasaría si nadie cumpliera con él?. Las respuestas a
estas preguntas pueden ser el primer paso para generar una idea creativa.
CONOCER AL PÚBLICO
La publicidad busca crear y
potenciar deseos en su destinatario. Los productos que se hacen buscados
gracias al funcionamiento efectivo de publicidad operan como símbolos para
quien los consume: Representan el grupo al que desea pertenecer, el estatus social
que desea mostrar o alcanzar.
Aunque, en general, todos nos
consideramos lo suficientemente sofisticados como para desconfiar de los
atributos que exhibe un producto en una publicidad, al mismo tiempo, todos
manifestamos preferencias por determinadas marcas en las que no sólo entran en
juego variables como la calidad o precio, sino también una respuesta concreta a
los resortes de la publicidad, al identificarnos con los atributos que un aviso
deposita en un producto.
Para operar eficazmente estos resortes,
el equipo creativo necesita conocer bien a quienes dirigen su mensaje. Lo más
importante que debe saber acerca de su destinatario es cómo aspira a verse en
el futuro y cómo desea ser percibido por los demás. Es decir, no tanto cómo es,
sino qué le gustaría ser. Esto es lo que ofrece, más allá de los atributos
positivos de los productos, la publicidad. Ejemplo:
¿Tiene algo que ver el aroma
agradable de un cuerpo con la atracción física?. En el reino animal,
definitivamente sí. En el género humano, casi nada. Sin embargo, todos los
avisos de desodorantes para hombres, jugando con la atracción animal, dicen que
quien los usa se vuelve irresistible a las mujeres. Claramente, el producto
toma una aspiración típicamente masculina (ser deseado por las mujeres) y la
vuelve un atributo del producto que, a su vez, se volcará sobre quien lo
consuma.
EL MENSAJE
Toda la investigación inicial
está orientada a definir un mensaje preciso, para que se dirija a quien debe,
del modo correcto y con los contenidos adecuados. Una vez sintetizada las
conclusiones (¿De qué hablamos?, ¿A quiénes hablamos?, ¿Cuál es nuestro
objetivo?) llega el momento de definir el mensaje.
El mensaje debe ser breve, claro
y preciso. Idealmente, debe se enunciado en una o dos líneas. Si no puede ser
dicho de este modo, probablemente carezca de contundencia o la concisión para
transmitirse en un aviso publicitario. Esto no quiere decir que un guión para
un aviso deba tener una o dos renglones. La idea de un aviso tal vez requiera
de varios párrafos para se explicada. Pero el mensaje de un determinado aviso
debe ser contundente. La idea publicitaria encargada de transmitir dicho
mensaje puede ser muy elaborada.
En el caso de las publicidades de
desodorantes mencionadas, las respuestas a las preguntas anteriores sería: 1.
Hablamos de una nueva fragancia de desodorante. 2. Hablamos a hombres jóvenes y
adultos. 3. Nuestro objetivo es vender esta marca de desodorante o imponer como
una marca joven y moderna. En las publicidades mencionadas, el mensaje elegido
claramente fue “quien usa este desodorante, atrae a las mujeres”.
Idealmente, además de breve, el
mensaje tiene que ser fácilmente recordable. Su claridad y recordación son
claves para el éxito de una campaña.
Los avisos de bien público pueden
utilizar recursos que los avisos comerciales jamás se atreverían a presentar,
por ser considerados de mal gusto. Un célebre aviso de defensa de los derechos
de los animales mostraba una pasarela en la que las modelos que portaban pieles
naturales chorreaban sangre, la sangre de los animales muertos para
confeccionar los tapados. La justificación de avisos como éste es que el shock
de tales imágenes potenciará la recordación de tales ideas. Y, como la idea es
moralmente irreprochable, el golpe bajo no será visto como un recurso innoble,
como lo sería un aviso comercial. Por ejemplo: si se mostraran escenas de
desnutrición infantil para vender una marca de hamburguesas, ese aviso
proyectaría una imagen de falta de ética sobre la marca por explotar el dolor
ajeno para lograr sus fines y, seguramente, tendría el efecto contrario al
buscado.
A la hora de presentar ideas a un
cliente, la originalidad y el humor se valoran, pero no hay que perder de vista
lo que se quiere comunicar. Muchas veces, el humor de un aviso es tan efectivo
que el público recuerda perfectamente el chiste pero no el producto o la idea
que se quería comunicar. Los recursos como el humor deben estar al servicio del
mensaje, no aprovechar el mensaje como una excusa para exhibir su creatividad.
CÓMO TENER UNA IDEA
Uno de los procesos más comunes
entre creativos es el llamado “Brainstorming”, término en inglés que significa
“tormenta mental” o “lluvia de ideas”. En efecto, un creativo puede tener todas
las herramientas que necesita para crear un aviso, pero puede faltarle lo
principal: Una idea.
No existe un método único para
estimular la aparición de ideas. Cada persona puede tener el suyo. Sin embargo,
hay algunas técnicas que se aplican habitualmente y suelen dar resultados,
entre ellas el brainstorming, que consiste en un intercambio totalmente libre y
sin restricciones de ideas. Cada uno de los participantes dice lo que pasa por
su cabeza en relación con el producto sin ningún tipo de censura, propia o
ajena, sin importar cuan ridículo, absurdo, incomprensible o, incluso, falto de
imaginación sea su aporte. El juego consiste en que la aparición de una idea
disparada en un participante estimule la aparición de otra un poco más
apropiada en otro participante y así, en el rebote de ideas entre uno y otro,
vaya tomando forma un concepto original y viable. Esta es una forma de romper
con los lugares comunes que tienden a aparecer en primer lugar cuando buscamos
ideas. Por ejemplo:
Si pensamos en una idea para un
aviso de un detergente para la vajilla, la primera idea que aparecerá,
probablemente, será la de un ama de casa lavando los platos. Si nos centramos
en estas ideas “lógicas”, “pertinentes”, “apropiadas”, será muy difícil
alcanzar un concepto original, porque el campo de juego se cierra demasiado sobre
lo que ya se vio o ya se hizo. Pero la lógica de la “lluvia de ideas” rompe con
ello. Tal vez alguien diga que la consistencia y el color del detergente le
recuerdan al monstruo de una película de terror que vio por televisión; esto
haga que otro piense en monstruo del espacio; esto, a su vez, haga que un
tercero se pregunte si los extraterrestres usarán detergente, tal vez,
finalmente, el aviso consista en un locutor que dice: “Detergente X. No exagero
cuando le digo que es el mejor del universo”, mientras se ve un supermercado de
barrio repleto de alienígenas diversos, haciendo cola para comprar el
detergente.
Otro recurso habitual, pero que
también pude resultar un poco paralizante, es ver publicidades anteriores de
ese producto o productos similares. El análisis de una publicidad puede ser
útil de varias maneras: puede indicar, por omisión, que aspectos de ese
producto todavía no fueron explotados, puede actuar como disparador para nuevas
ideas, puede marcar el camino por el que no se transitara o, por el contrario,
se puede optar con contestar de modo implícito a las aseveraciones de ese
aviso. El peligro de esto es, por un lado, que ese aviso sea tan bueno que
parezca imposible hacer algo que lo supere, o quedar atrapado en lo que ya se
hizo y que todas las ideas que surjan sean otras versiones de lo que se acaba
de ver.
TIPOS DE AVISOS
Hay dos grandes tipos de avisos:
El testimonial y el Dramático
J
Testimonial:
Alguien da testimonio de las
ventanas de un producto, ya sea gente común, un famoso o un experto. Desde
luego que la gente “común” o el “experto” pueden estar interpretados por
actores. Pero muchas veces como estrategia de verosimilitud, se recurre a
personas reales.
La estructura típica de este
aviso consiste en un personaje que habla a cámara y transmite de modo directo
el mensaje que se desea comunicar: “El detergente X desengrasa hasta seis veces
más porque tiene una nueva fórmula…”. También son habituales los testimonios de
usuarios a modo de encuesta: “Yo cambie por X porque rende mucho más”.
Un tipo particular de testimonial
es el que incluye una demostración del producto, en el que un experto o un
famoso lo somete a una prueba ante la cámara, comparándolo con un competidor
genérico.
Una tercera variante son los
avisos más simples en los que un locutor enumera las virtudes del producto
sobre una o varias imágenes del mismo.
J
Dramático:
Se trata de aquellos avisos que
tienen una carga emocional, opuesta a la distancia impuesta por la
“profesionalidad” de los testimonios y, por lo general, cuentan una o varias
historias.
Estas historias pueden ser muy
breves, por ejemplo, el encuentro de varias parejas en una estación de tren. O
puede tratarse de una historia más extensa con personajes, diálogos y una
acción compleja. En este caso, será como un brevísimo corto metraje. El
producto puede ser el centro de la historia o, simplemente, acompañar como
testigo una escena entrañable.
Estos avisos también pueden
consistir en un conjunto de escenas impactantes, filmadas y editadas tonel
vértigo de un video clip. Aún dentro de esta estética, seguramente, tendrá una
carga dramática y el aviso alguna forma de resolución, un suceso que lleva a un
climax y luego el fin. En general, los avisos destinados a jóvenes, como los de
gaseosas o teléfonos celulares, adoptan este estilo.
ALGUNOS RECURSOS
La figura retórica del lenguaje
proporciona recursos habituales a los avisos dramáticos. La figura retórica
también conocida como tropo, es una estrategia que el autor aplica al texto
para intentar conseguir un efecto determinado. Pueden estar relacionadas con
los rasgos semánticos, fonológicos o sintácticos de las palabras afectadas. En
general, todas las figuras retóricas son variaciones de las dos más
importantes: La metáfora y la metonimia.
La metáfora es el recurso más
extendido. Una metáfora es el reemplazo de una palabra o imagen por otra
completamente distinta pero cuya relación con la primera puede ser inferida,
por algún rasgo que tiene en común. Por ejemplo, en el lenguaje, “perlas de
rocío”, donde la metáfora “perlas” reemplaza a “gotas” que pueden ser
fácilmente repuesta por el contexto en que se encuentra y la similitud entre
ambas. En el caso de la imagen, y la similitud entre ambas. En el caso de la
imagen, y en particular, en la publicidad, abundan las metáforas, por ejemplo
cuando sale humo de la boca de un personaje para representar un caso de acidez
estomacal. La metáfora puede ser un recurso puntual o puede ser el concepto
general de un aviso, por ejemplo, si se imaginara a un ama de casa vestida de gladiador
en el coliseo romano enfrentando, en vez de leones, a su familia hambrienta.
Semejante metáfora podría ser útil para promocionar, por ejemplo una comida
instantánea o fácil de realizar.
La hipérbole es también un
recurso habitual. Se trata de la exageración. Es muy utilizada porque sirve
para exponer ideas de modo contundentes y humorísticas. En general, buena parte
de los avisos que recurren al humor utilizan este recurso. Por ejemplo, el
insecticida tan efectivo que no solo mata, sino que hace explotar a los
insectos o la pila que dura tanto que el juguete avanza hasta lugares
insólitos. La hipérbole exalta las virtudes del producto hasta un punto no
realista, y justamente de allí proviene la sorpresa y el humor.
La cita o la referencia a otros
textos también puede se de gran ayuda. Un aviso puede citar puntualmente una
obra clásica, una película reciente o un programa de televisión, entre muchas
posibilidades. O también puede citar de modo general, un estilo, sin hacer
referencia a ninguna obra en particular. Por ejemplo, un aviso de detergente
puede parodiar los rasgos que reconocemos como más comunes en una telenovela:
un personaje llamado Carlos Alberto Jacinto, le reprocha a su mujer Vanesa
Teresa Elsa que está viendo a otro. Ella con el mismo tono melodramático de la
telenovela le asegura que no, que durante todo el día estuvo lavando platos en
la cocina y le muestra una enorme pila de platos limpios como prueba. El marido
celoso le cree, mientras vemos, a sus espaldas, al “otro” escapar. Al tiempo
que una voz en off explica que el detergente X es tan efectivo que todos los
platos se lavan en cinco minutos.
ESTABLEECER EL TONO
No todos los avisos tienen el
mismo tono. Algunos son más serios, otros más humorísticos, otros mas neutros.
La definición del tono del aviso dependerá de las ideas del mensaje que quiera
comunicar y, también, de los deseos del cliente.
Un aviso puede segmentar a su
público, dirigiéndose especialmente a un grupo, utilizando los códigos
característicos de ese grupo (p.e. los destinados a los jóvenes) o pueden
hablar a la mayor cantidad de destinatarios posibles, en este caso, los códigos
que indican la edad, clase social o sexo deberán dejarse de lado para hablar de
un modo neutral, que no excluya a ningún grupo.
Los avisos de bien público se
caracterizan por una mayor seriedad que los avisos comerciales aunque esa
seriedad no implica necesariamente solemnidad.
CONSEJOS
Apenas tres consejos que, si se
cumplen, deberían aumentar considerablemente el nivel de persuasión y recordación
de un aviso.
- Encontrar un mensaje contundente.
- Apoyarse en imágenes antes que en palabras.
- Apelar a la emoción, ya sea la risa o al llanto.
Como en cualquier actividad
creativa, en la publicidad las reglas pueden romperse. Claro que atendiendo a
una buena razón, para lograr aquello que se decía que no se podía hacer. Cuando
se rompe por pereza o falta de ideas, el resultado suele ser bochornoso.
MFM
miércoles, 18 de mayo de 2016
Formación Etica y Ciudadana
APUNTE 5to Año
El Preámbulo
Según Manuel Osorio, un preámbulo es una:
“Enunciación previa que contienen algunas constituciones respecto
de lo principios que los inspiran y que han sido tenidos en cuenta por los constituyentes”.
El preámbulo de la Constitución Nacional fue redactado en 1853 y
no se modificó en ninguna de las reformas que sufrió la misma.
Siguiendo la definición de Osorio, observamos cómo están presentes
en él, los principios que fundamentaron la organización del estado
argentino y cuáles fueron los objetivos de nuestra constitución, es decir,
quiénes y para qué la sancionaron.
El motivo por el cual el preámbulo no sufrió modificaciones
en el tiempo es porque en las diferentes convenciones reformadores consideraron
que sus principios aún se mantenían vigentes.
Veamos con detenimiento cuáles son estos principios:
_ “…constituir la unión nacional…”
Buscaba dar forma política a la nación, superando la etapa de
luchas civiles que amenazaban con fragmentarla definitivamente.
_ “…afianzar la justicia…”
Mediante la organización del Poder Judicial a nivel nacional y
provincial.
_ “…consolidar la paz interior…”
Acabar con los enfrentamientos internos no era suficiente; buscó también
organizar un sistema de convivencia entre todos los habitantes.
_ “…promover la defensa común…”
Establece la constitución la obligación de armarse en defensa de
la Patria, poniendo a las Fuerzas Armadas bajo las órdenes del gobierno nacional.
El estado nacional tiene la facultad de reclutar tropas, declarar la guerra y
hacer la paz.
_ “…promover el bienestar general…”
Respetando y defendiendo los derechos de los habitantes,
impulsando el desarrollo económico y cultural, etc.
_ “…y asegurar los beneficios de la libertad, para nosotros,
para nuestra prosperidad y para todos los hombres del mundo que quieran habitar
el suelo argentino…”
La libertad era un valor fundamental para los constituyentes.
Hacerla extensible a todos los inmigrantes significó una manera de atraer población
a estas tierras. En este punto siguieron la máxima de Juan Bautista Alberdi
–autor del texto constitucional- cuando dijo “gobernar es poblar”.
_ “…la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia…”
Esta expresión de carácter religioso responde al carácter católico
con el que surge el estado argentino, en uno de sus artículos sostiene: “El Gobierno
federal sostiene el culto católico apostólico romano”. Sin embargo esta
disposición fue acompañada por otra que asegura la libertad de culto y
tolerancia hacia otros credos religiosos.
Declaraciones, derechos y garantías
v Las garantías son los medios que el Estado
instrumenta para asegurar el ejercicio de los derechos fundamentales. Son
tan importantes para los derechos que puede afirmarse que un derecho vale en
la medida que valgan sus garantías. La mayor parte de ella se encuentra en
los artículos 18 y 43 de la constitución.
v Llamamos derechos a las facultades que tenemos las
personas y que –al ser reconocidas por la Constitución- podemos reclamar su
cumplimiento. La Constitución reconoce derechos explícitos (enunciados
por escrito, Art. 14 al 20) e implícitos (no enumerados pero que se
desprenden de la doctrina constitucional, artículo 33). La reforma de 1994
introdujo nuevos derechos (Art. 37, 39, 41 y 42).
La primera parte de la Constitución está integrada por dos
capítulos:
Declaraciones, derechos y garantías, y a partir de la reforma de 1994 Nuevos derechos y
garantías.
v Las
declaraciones enuncian los principios fundamentales de la organización
política del Estado. Por ejemplo, el artículo 1 establece la forma de gobierno
representativa, republicana y federal. Además, las declaraciones hacen
visibles los rasgos propios del Estado, diferenciándolo de otros. Por
ejemplo el artículo 35 menciona los distintos nombres que recibió en la
historia el Estado argentino.
Nuestros derechos en la Constitución Nacional
El conjunto de derechos reconocidos en la Constitución puede ser
dividido según se trate de derechos civiles, patrimoniales, políticos o
sociales.
Los derechos civiles son aquellos que se reconocen inherentes
a todas las personas y que son fundamentales para el desarrollo humano. La
vida, la integridad física, el honor, el
nombre, la identidad, casarse o formar una familia, son algunos ejemplos de
esta clase de derechos. Refieren a la libertad de las personas y alcanzan a
todos los individuos, sean estos nativos o extranjeros.
Llamamos derechos patrimoniales a aquellos que
comprenden a los hombres en relación con sus bienes materiales, es decir con todo
objeto capaz de recibir un valor económico. Por ejemplo, el derecho a la
propiedad, a la libertad de contratar, de comerciar, de ejercer industria
lícitamente, entre otros.
Por derechos políticos entendemos a aquellos que
corresponden solamente a los ciudadanos y que permiten a los hombres intervenir
en el proceso de poder, participando por sí mismos o a través de representantes,
en las decisiones políticas. Vale aclarar que son ciudadanos argentinos todo
hombre o mujer argentino mayor de 18 años; que la nacionalidad argentina se
adquiere por nacimiento en territorio nacional, por opción (hijos de argentinos
nacidos en el exterior) o por naturalización (extranjeros con dos años de
residencia en el país y optan por esta ciudadanía). Así son ejemplos de
derechos políticos, votar en las elecciones o ser elegido para un cargo de
gobierno, afiliarse o constituir un partido político, entre otros.
Los derechos sociales refieren a la actividad
laboral, a la familia y a la seguridad social. Estos derechos pueden ser individuales
o colectivos cuando son ejercidos por familias, asociaciones de trabajadores,
etc. Se encuentran presentes en el artículo 14 bis de la Constitución,
introducido en la reforma de 1949 y reafirmado en la de 1957, por ejemplo el
derecho del trabajador a recibir una jubilación justa, el derecho a huelga, etc.
Nuestras garantías
Definimos a las garantías como:
Los mecanismos que establece la Constitución para garantizar el cumplimiento
de los derechos de los habitantes de la Nación.
Por ejemplo lo hace al imponer la igualdad ante la ley: ningún
habitante puede ser penado sin juicio previo y ley anterior, juzgado por
comisiones especiales, obligado a declarar contra sí mismo.
Por otro lado la Constitución dispone que:
_ la defensa de la persona en juicio es inviolable;
_ el domicilio, la correspondencia y los papeles privados son
inviolables;
_ abole la pena de muerte por causas políticas;
_ abole todo tipo de tormento físico o psíquico.
En la reforma de 1994 se introdujeron dos nuevas garantías:
_ el Hábeas Corpus, que protege la libertad física y
_ el Hábeas Data, que da a las personas el derecho de
informarse de los datos que de ella existan en registros públicos o privados y
que estos datos sean suprimidos o rectificados en caso de ser falsos.
Además en la misma reforma varios tratados internacionales
cobraron jerarquía constitucional, completando estas garantías: la Convención
contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanas o Degradantes (ONU,
1984), la Convención Americana sobre Derechos Humanos (conocido también
como Pacto de San José de Costa Rica, 1969), entre otros.
MFM
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